Algo nace, se mece entre los labios, una voz que se
empaña contra el vidrio, y escribe en el silencio; aquí no hay voces,
hay miradas, pupilas abiertas con un sueño dormido hasta tarde, los ojos
de la palabra puestos en un papel convaleciente; sobre el vértice cayó
la gota de la tinta, de la vida, sangró el capullo abierto de una idea
venida del mundo del adiós; aquí hay un alma que se siente vista
mientras habla sobre la luz que te toca en secreto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario