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miércoles, 28 de julio de 2010
lunes, 26 de julio de 2010
cada tanto
Se oye la campana del río,
cada tanto llueve otra vez
y hay que descolgar sequedades,
ofrecer techos y abrigos:
una vez me encontré por haberme perdido,
entonces cambié de ropa y de casa
y de cuerpo para volverme a buscar.
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cambié de ropa y de casa y de cuerpo
domingo, 25 de julio de 2010
sábado, 24 de julio de 2010
Reina a Alfil
La sal en los ojos,
fortalezas barridas con los pies,
seis peras en el olmo,
cinco tréboles de cuatro hijos,
un pez caracoleando y
medio dios que no reza o
un tercio de miedo…
que nada, que se fue,
que está en la orilla,
o duerme en el atardecer,
el amanecer, la noche,
ésta que acaba como yo,
que me muerde el cuello y
vuela a la luna llena del reloj.
fortalezas barridas con los pies,
seis peras en el olmo,
cinco tréboles de cuatro hijos,
un pez caracoleando y
medio dios que no reza o
un tercio de miedo…
que nada, que se fue,
que está en la orilla,
o duerme en el atardecer,
el amanecer, la noche,
ésta que acaba como yo,
que me muerde el cuello y
vuela a la luna llena del reloj.
jueves, 22 de julio de 2010
Alfil a Reina
La vejez estalla en los espejos
como un castillo en ruinas,
las horas callan sus agujas,
la araña también el hilo teje
y en la esquina de su propia casa espera;
el tiempo es esta línea,
cierta ceniza se parece.
como un castillo en ruinas,
las horas callan sus agujas,
la araña también el hilo teje
y en la esquina de su propia casa espera;
el tiempo es esta línea,
cierta ceniza se parece.
martes, 20 de julio de 2010
torre de papel
Sujeta un lápiz,
babel en las manos,
se la pasa circulando días
y pasados después,
algunos laberintos son atajos
para perderse en el bosque y
volver herida de trampas.
domingo, 18 de julio de 2010
jueves, 15 de julio de 2010
Ley o leyenda
Justicia se hamaca
y cumple su delicado cielo otra vez;
inicia el agua a los pies, pero además,
una libertad de bolsillo,
una razón blanda en horas tensas,
los colmillos de la culpa en tu sexo,
el enemigo rendido a la cabeza.
La noticia crece en las batallas y
un sopor precisa fluir en mármol,
fauna de palabras, prosa de mareas,
peligros seguros
como rampas que regresan por el río.
y cumple su delicado cielo otra vez;
inicia el agua a los pies, pero además,
una libertad de bolsillo,
una razón blanda en horas tensas,
los colmillos de la culpa en tu sexo,
el enemigo rendido a la cabeza.
La noticia crece en las batallas y
un sopor precisa fluir en mármol,
fauna de palabras, prosa de mareas,
peligros seguros
como rampas que regresan por el río.
fusa
Ordeno el fuego,
por el hueco de las manos
ruedan ausencias mayores;
cada latido es un secreto,
una fuga lenta,
un luego sin orillas
miércoles, 14 de julio de 2010
Epístolas francesas
Ella
¿Avanzar hacia donde? ¿Avanzar hasta una calle que se corta y doblar en la esquina? ¿Avanzar sobre mis pasos? ¿Avanzar sola hasta la pared de mi misma y estrellarme?
ÉL
Salí, salí afuera, cubriéndote de ropa gruesa por la ola de frío. Entonces andá hacia los barrios centrales, y entrá en una clase de tango.
¿Avanzar hacia donde? ¿Avanzar hasta una calle que se corta y doblar en la esquina? ¿Avanzar sobre mis pasos? ¿Avanzar sola hasta la pared de mi misma y estrellarme?
ÉL
Salí, salí afuera, cubriéndote de ropa gruesa por la ola de frío. Entonces andá hacia los barrios centrales, y entrá en una clase de tango.
domingo, 11 de julio de 2010

Toma la copa con las manos secas, el pelo acostado en el respaldo de la silla, su codo mide la distancia a la pared; cuarto perforado de palabras que no se recuerdan entre sí pero que han quedado retenidas como cuadros pendientes del sonido. Ella distingue el color de la mirada olvidada sobre un nombre inventado tantas veces, mientras arrolla el mar ese vacío construido con piedras de un camino dividido en norte y sur, por donde él se pierde cada noche hasta encontrarla escondida en las sábanas negras de seda.
Ella reconoce las huellas que dejan en la piel sus ojos. En el fondo las luces, el equipaje, él no sabe su maravillosa agonía súbita, la mano cubrirá por sí misma su pregunta y lo acariciará con ecos privados, lentamente… es cuando una suerte destruirá el miedo. Quedará vacía de mar, despierta, con palabras olvidadas, pero se alejará esa noche así como un ligero golpe, sin esperar. Él no sabe, el quería una mujer y era ella, había cerrado la soledad con su nombre.
Ella reconoce las huellas que dejan en la piel sus ojos. En el fondo las luces, el equipaje, él no sabe su maravillosa agonía súbita, la mano cubrirá por sí misma su pregunta y lo acariciará con ecos privados, lentamente… es cuando una suerte destruirá el miedo. Quedará vacía de mar, despierta, con palabras olvidadas, pero se alejará esa noche así como un ligero golpe, sin esperar. Él no sabe, el quería una mujer y era ella, había cerrado la soledad con su nombre.
miércoles, 7 de julio de 2010
cuento breve
Había una vez que sabía su triste designio de ser tan sólo una vez. Murió al instante de ser. Fue enterrada en el cementerio de las horas donde los cuentos la recuerdan con cariño.
martes, 6 de julio de 2010
el sur espera
El sur espera,
bebe del pico de su tristeza,
ciénaga herida entre sorbos se vacía
como una ofrenda de pan sin religión.
domingo, 4 de julio de 2010
jueves, 1 de julio de 2010
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