Me moja, tenebrosa, gota a gota, contándome el secreto del
cielo, sin que nadie se dé cuenta, y baja por el acantilado del sueño, me moja
si estoy en el campo abierto del girasol, mientras el espantapájaros
alienta la tropa de bueyes que también se mojan, así, si camino por el
boulevard o cruzo la calle, me moja, y no tiene interruptor, como si un
artefacto hiciera una maniobra adecuada y mecánica pero sin manivela, mi muñeca le tiene miedo al trueno, una marioneta obsoleta espera tus manos para
taparse los oídos, y sigue cayendo como caen los escarabajos en las tumbas de
Egipto, nos moja, a la monja, a vos, a mí, y sigue cayendo, es un susurro de
agua rota en la vasija dorada de un balcón de Almagro, y no para, mientras las
hadas estornudan, cae, cuando se rompe el pacto, cae, a la vuelta de la
esquina, cae, sobre un auto, cae, sobre un semáforo, cae, sobre el tacho de la
basura, cae, sobre la misericordia, cae, sobre el portal, la suave caricia, un
espejo azul, la luz, el entrevero, la liebre, el gato, los sobres de azúcar, en
la esquina, sobre el techo, cae.
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