El destino de Dios
Cada hombre puesto sobre el cajón ensayando su entierro. Un infierno sin entrada ni salida, donde unos pocos nacen, mueren, y vuelven a nacer. Un paraíso dividido en norte y sur, donde unos pocos comen y otros sólo rezan. Así, sin dios ni diablo, veremos crecer el azar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario