lunes, 3 de diciembre de 2012
domingo, 4 de noviembre de 2012
Horizonte
Cada ola del mar es el mar,
cada ola es instante, es bostezo,
promesa, plegaria, regreso;
cada ola es un adiós,
la caricia prestada de su mano,
una herida en el hueco del roce,
otra voz en los ojos, otro rostro en el cuerpo.
domingo, 28 de octubre de 2012
LLuvia
Instante líquido en la piel de los labios, agua,
la que dejas correr porque no bébes,
la bendecida, la que cae del manantial,
la que corre por los ríos dulces y los mares salados,
el agua, el espejismo del desierto,
el color de la transparencia puesta en tus manos sucias,
agua confusa sabiéndose lago de algo.
miércoles, 24 de octubre de 2012
Pirata de fatigas
Y volver a
la ruina del otoño
siendo
pirata de fatigas.
Sobre la
sartén caliente, la mar,
ebria de
solitarias dudas,
teje sus
desiertos en el fuego.
Centellea
tu sombra en las ferias.
Todos
llevamos la vida a salvo, dilatada,
como una torsión de sirena enardecida.
Uno mira
pasar el abandono.
Escucho esa
risa elemental
que limpia
pesadillas.
Brazos
amigos llevarán la atmósfera
a un vasto camino profundo.
Los puentes
del amor rodearan el juicio,
de noche,
en un estigma melancólico.
Apenas las
palabras socorren el olvido.
sábado, 20 de octubre de 2012
LXXXIX
Y podrás conocerte, recordando
del pasado soñar los turbios lienzos,
en este día triste en que caminas
con los ojos abiertos.
De toda la memoria, sólo vale
el don preclaro de evocar los sueños.
Antonio Machado
martes, 16 de octubre de 2012
mar
orillas sepultadas en los puertos
anclados
a los muelles de las plazas,
preguntas de arena a las voces que
amarras,
hay barcos que esperan olas que naufragan...
hay barcos que esperan olas que naufragan...
lunes, 15 de octubre de 2012
Agua Regia
Tras nadie otra vez
el llamado del barro aún sopla,
diciendo tú, Nadie,
rival de ti sabido Nada,
como una rosa absurda
en la invisible edad escrita
de tus espinas.
en la invisible edad escrita
de tus espinas.
arena
Somos esclavos del tiempo que también es esclavo del
tiempo, de las agujas que lo marean, del tic tac interminable que lo despierta.
Denle
tiempo al tiempo, para que se vista, beba una copa de vino y luego continúe con
su tarea de relojes y de vidrieras.
Denle al tiempo lo que es del tiempo, mecanismos, péndulos, el cuerpo de las rosas marchitas.
La sed insaciable de ti también es del tiempo donde viven las horas solas, a veces muertas.
La sed insaciable de ti también es del tiempo donde viven las horas solas, a veces muertas.
sábado, 13 de octubre de 2012
invisible
las huellas de tus manos
en los espacios que no habitas,
escaleras que ni suben ni bajan,
las huellas de tus labios
pronunciando verbos ausentes...
jueves, 11 de octubre de 2012
desarmar el mar
desarmar el mar de olas, vaciar el horizonte,
el tiempo está cansado de pasar
por las avenidas, por tu cuerpo y el mío,
por los relojes,
desarmar el mar de a poco,
caracol por caracol, pez por pez...
sábado, 15 de septiembre de 2012
sábado, 8 de septiembre de 2012
libertades aferradas a las fechas
Este
día leve alza un cuerpo,
algo ocupará su
ausencia,
queda sumar restos
de sueños,
multiplicar fuentes
de sed,
pero las calles son
mareas,
banderas atadas,
libertades aferradas
a las fechas,
y el cruce espera en
la esquina,
siempre.
lunes, 13 de agosto de 2012
elogio a la pared
Calla en sus ladrillos huecos la pared; reflejada en el espejo se acomoda la pintura para cuando el habitante de esa casa que es pequeña le acaricie el rostro plano y le cuelgue una máscara veneciana, entonces sonríe con grietas; la pared no mira en vano el cuarto sino con la soberbia de una cómplice que convierte el gemido en eco, el grito en espanto, la risa en carcajada; la pared sabe desentrañar enigmas y lee el pensamiento, duerme parada y despierta húmeda a veces, sabe albergar telas de arañas, y aunque le moleste convivir con extraños fue cueva de insectos que ahora son sus amigos; la pared, Su Majestad la pared, merece una portada en la revista Life, una recompensa por sobrevivir al tiempo y sostenerse entera; la pared que uno mira te mira y sabe que la vejez es una afronta imperceptible de los días; la pared, esa mariposa que no vuela, esa otra cara de sí mismo puesta ahí como una ofrenda a la intemperie, es la madre, la hija, la abuela, que sabe el consejo apropiado pero no puede decírtelo; la pared nacida de las manos que la construyeron, te protege de la avaricia del vecino y sus tormentos; la pared sueña cuadros originales de Picasso, pero se conforma con alguna reproducción barata de Dalí o Miró; la pared es así, dura pero tierna, a veces se maquilla, pero nunca sale de paseo, por eso añora las visitas; la pared, dura pero amable, es la verdadera reina del espacio que te alberga.
viernes, 10 de agosto de 2012
Edades de los Espejos de Galeano
Esas efímeras apariciones, ¿nos cuentan que alguna vez fuimos peces y alguna vez fuimos monos? ¿Peces lanzados a la conquista de la tierra seca? ¿Monos que abandonaron la selva o fueron por ella abandonados?
Y el miedo que sentimos en la infancia, miedo de todo, miedo de nada, ¿nos cuenta que alguna vez tuvimos miedo de ser comidos? El terror a la oscuridad y la angustia de la soledad, ¿nos recuerdan aquel antiguo desamparo?
Ya mayorcitos, los miedosos metemos miedo. El cazado se ha hecho cazador, el bocado es boca. Los monstruos que ayer nos acosaban son, hoy, nuestros prisioneros. Habitan nuestros zoológicos y decoran nuestras banderas y nuestros himnos.
Eduardo Galeano
domingo, 8 de julio de 2012
sábado, 7 de julio de 2012
algo agoniza en el mar
estoy tejiendo una prenda de silencios
para vestirnos de desnudos,
somos un montón de palabras al viento,
las paredes oyen cuando no hablan,
se parecen al reflejo de tus ojos en el agua,
la profundidad vive a oscuras,
algo agoniza en el mar,
y no lo vemos...
jueves, 21 de junio de 2012
poema hablado II
la piedad desordenada al servicio de los que ordenan ventajas,
creando palabras de una palabra, voluntades a medida del miedo,
el peso de un método es un mismo y previsible monstruo
que nada para ahogarnos en agua bendita…
lunes, 18 de junio de 2012
No quiero decirte
No quiero decirte
que las sombras caminan desnudas,
ni que el mar es siempre otro,
que un ahora es una eternidad,
y el sinsentido un botín.
Si bien porque y porque sí conviven,
juntos se matan y renacen.
Prefiero soñar que liberan al viento
y que esta tarde se humana.
que las sombras caminan desnudas,
ni que el mar es siempre otro,
que un ahora es una eternidad,
y el sinsentido un botín.
Si bien porque y porque sí conviven,
juntos se matan y renacen.
Prefiero soñar que liberan al viento
y que esta tarde se humana.
martes, 20 de marzo de 2012
A Borges
Tu sombra leve es una esquina marcada
en la biblioteca del fuego perdido,
en el horizonte que ha gastado su destino;
un gramático frío acusa el tiempo,
entonces tu nombre se destierra,
y declina en versos que repito,
como un ajedrez en la palabra Nilo;
y eres el engaño de la gloria,
la escritura y su vana alegoría,
tu divino goce encerrado en un libro.
en la biblioteca del fuego perdido,
en el horizonte que ha gastado su destino;
un gramático frío acusa el tiempo,
entonces tu nombre se destierra,
y declina en versos que repito,
como un ajedrez en la palabra Nilo;
y eres el engaño de la gloria,
la escritura y su vana alegoría,
tu divino goce encerrado en un libro.
jueves, 16 de febrero de 2012
palmas
Rozarás el aliento y continuarás hasta la caricia,
amenazarás con seda bellos monstruos,
caminarás con ilusiones que crecen en las manos
y se arrojan de las palmas al vacío...
amenazarás con seda bellos monstruos,
caminarás con ilusiones que crecen en las manos
y se arrojan de las palmas al vacío...
viernes, 27 de enero de 2012
sola como las olas
Sentada en el borde de la vida,
la copa llena, el cuerpo vacío,
sola como las olas que se saben acompañadas,
en el cuarto menguante donde duermo sin ti
paciendo sueños…
la copa llena, el cuerpo vacío,
sola como las olas que se saben acompañadas,
en el cuarto menguante donde duermo sin ti
paciendo sueños…
sábado, 14 de enero de 2012
como una pluma blanca volando ágil
como una pluma blanca volando ágil, un frac blanco, un sorbo de agua de manantial entre las manos, como la encomienda de la porcelana china de la abuela, el último cajón de la mesada roto, una mañana de resaca, una copa de cristal, como un pasado efímero y un futuro inmediato en la sala de espera, como una ola rompiéndose en la playa, un pez perdido en el acuario, un suspiro, la tempestad luego, el desembarco de Normandía, como el vidrio empañado detrás de la lluvia, un paso que hace dudar al camino, una marioneta abandonada, una serpiente envestida, como un valiente descansando, frágil como la otra cara de la moneda, como el espejo abandonado...
sábado, 7 de enero de 2012
Oda al Mar - Manuel José Quintana (1772-1857)
Calma un momento tus soberbias ondas,
Océano inmortal, y no a mi acento
con eco turbulento
desde tu seno líquido respondas.
Cálmate, y sufre que la vista mía
por tu inquieta llanura
se tienda a su placer. Sonó en mi mente
tu inmenso poderío,
y a las playas remotas de occidente
corrí desde el humilde Manzanares
por contemplar tu gloria,
y adorarte también, Dios de los mares.
Héme en fin junto a ti: tu ardiente espuma
el alto escollo sin cesar blanquea
do entre temor y admiración te miro.
Inquieto centellea
en tu cristal el sol, que al occidente,
de majestad vestido, huye y se esconde.
¿Dónde es tu fin? ¿ En dónde
mis ojos le hallarán? Con pie ligero
tú te tiendes y corres, y llevado
cual en las alas de Aquilón sonante,
mi espíritu anhelante
te sigue al Ecuador, te halla en el Polo,
y endeble desfallece
a tanta inmensidad, ¿te hizo el destino
para ceñir y asegurar la tierra,
o en brazo aterrador hacerle guerra?
¡Ay!, que ese resonante movimiento
me abate el corazón. Yo vi las mieses
agitadas del viento
en los estivos meses,
y dóciles y trémulas llevarse,
y en seco son de su furor quejarse.
Vi el vértigo del polvo, y vi en las selvas,
contrastados también los altos pinos,
sacudirse y bramar; mas no este ciego,
este hervir vividor, estas oleadas
que llegan, huyen, vuelven,
sin cansarse jamás: tiembla la arena
al golpe azotador, y tú rugiendo
revuélveste y sacudes
una vez y otra vez: al ronco estruendo
los ecos ensordecen,
los escollos más altos se estremecen.
Océano inmortal, y no a mi acento
con eco turbulento
desde tu seno líquido respondas.
Cálmate, y sufre que la vista mía
por tu inquieta llanura
se tienda a su placer. Sonó en mi mente
tu inmenso poderío,
y a las playas remotas de occidente
corrí desde el humilde Manzanares
por contemplar tu gloria,
y adorarte también, Dios de los mares.
Héme en fin junto a ti: tu ardiente espuma
el alto escollo sin cesar blanquea
do entre temor y admiración te miro.
Inquieto centellea
en tu cristal el sol, que al occidente,
de majestad vestido, huye y se esconde.
¿Dónde es tu fin? ¿ En dónde
mis ojos le hallarán? Con pie ligero
tú te tiendes y corres, y llevado
cual en las alas de Aquilón sonante,
mi espíritu anhelante
te sigue al Ecuador, te halla en el Polo,
y endeble desfallece
a tanta inmensidad, ¿te hizo el destino
para ceñir y asegurar la tierra,
o en brazo aterrador hacerle guerra?
¡Ay!, que ese resonante movimiento
me abate el corazón. Yo vi las mieses
agitadas del viento
en los estivos meses,
y dóciles y trémulas llevarse,
y en seco son de su furor quejarse.
Vi el vértigo del polvo, y vi en las selvas,
contrastados también los altos pinos,
sacudirse y bramar; mas no este ciego,
este hervir vividor, estas oleadas
que llegan, huyen, vuelven,
sin cansarse jamás: tiembla la arena
al golpe azotador, y tú rugiendo
revuélveste y sacudes
una vez y otra vez: al ronco estruendo
los ecos ensordecen,
los escollos más altos se estremecen.
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