Se cae la noche y la levantas del piso, donde
acabarán de apagar nuestro incendio, y todo tiene ese lado elemental de los
encuentros que serían amor, amor. Habiendo sido un cuerpo, seré recuerdo,
pasado sobre todas las proezas del presente. Seré este cerco que me acerca, o
me aleja, o apenas puede distinguirse entre las sombras que sobran en nuestra
mesa. Quisiera ser tu recuerdo, o la esquina que no doblas, o el sin fin
horizonte que ves en el mar, o la estrella fugaz que te espera.
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