El devenir de la vida a los pies del tiempo.
Nadie sucumbió a lo efímero?
No tocaste el timbre y huiste?
No hay sobre los zócalos huellas prestadas?
Qué, si te digo que la eternidad murió?
Me escabullo entre las horas secas del otoño,
Y te encuentro solo y loco arrastrando un rayo
Que caerá sobre los oscuros pensamientos del presagio.
Soy entonces la brújula de una bruja
En el bolsillo de tus fantasías...