Tenemos sed
somos un agua precisa
un torrente
la mano abrigada por el murmullo de los árboles
Cada uno lleva un destino
doblado por la mitad
obedece al paso de su alto al caminar
y sus redes que dan la paz
navegan y recuerdan
Somos el pasado, el futuro preferido
la ausencia
la cara cansada de los pobres
cada uno es un mar del horizonte que se esfuerza
por llegar a las olas de la marea
Pero ves, aquella cúpula, desde los altos valles
cuando oímos que sabíamos de ti
y hablábamos contigo
creamos el espacio, la dulzura,
la bondad para evitar el naufragio
Somos la antesala
el sopor que se derrama con el viento
presos del alma, pura visión.