Tu sombra leve es una esquina marcada
en la biblioteca del fuego perdido,
en el horizonte que ha gastado su destino;
un gramático frío acusa el tiempo,
entonces tu nombre se destierra,
y declina en versos que repito,
como un ajedrez en la palabra Nilo;
y eres el engaño de la gloria,
la escritura y su vana alegoría,
tu divino goce encerrado en un libro.